Homosexualidad y parafilia

Por José Dunker L. 

Parafilia es una desviación sexual, y la homosexualidad hasta 1973 fue considerada unánimemente como parafilia.

Parafilia es la desviación del coito pene-vagina entre personas adultas, el plan maestro de la naturaleza para la reproducción de la especie.


Para la psiquiatría americana esto incluye ocho trastornos: voyerista o ‘brechero’, exhibicionista, froteurista, masoquista, sádico, pedófilo, fetichista y travestista.
La homosexualidad cabe perfectamente en este grupo, pero fue eliminada en 1973 por el triunfo del Movimiento de Liberación Homosexual, después de muchos piquetes y movilizaciones, y por su alianza con dos organizaciones clave: el caucus negro y el movimiento feminista, las cuales desde entonces les acompañan. El triunfo fue tan contundente que provocó una reacción en cadena: médicos, psicólogos y enfermeras asumieron la misma agenda; países y algunas iglesias legalizaron el matrimonio y derecho a adopción, bajo un exitoso recurso mercadológico como es la calificación de homofóbicos a los disidentes.

Desde hace algunos años, un sector del movimiento gay venía planteando la “completa liberación sexual”, esto es, eliminar todas las parafilias del listado diagnóstico. Este sector tiene organizaciones formales en las que participan psiquiatras y psicólogos, banqueros y políticos, artistas y comunicadores. El reclamo es: hacer lo mismo que se hizo con la homosexualidad y reconocer las parafilias como preferencia sexual. Hace algunos años en una reunión de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) se presentó una ponencia reclamando la normalización de la pedofilia bajo el argumento de que sexo con niños solo hace daño cuando se hace sin el consentimiento del menor. El reclamo por una ‘completa liberación sexual’ tiene una lamentable justificación, pues los mismos argumentos contra la homosexualidad son los que existen contra las parafilias, y si se normaliza una, igualmente podrían legalizarse las otras.



Fuente: Periodico Hoy
Imagen Periodico Hoy
Escrito por: José Dunker L.

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