
Rebeca Bitrus, Cristiana, no accedió a lo que ellos más querían, que cambiase de religión.
Rebeca Bitrus fue rehén de la secta integrista nigeriana durante dos años. Los terroristas ahogaron a uno de sus hijos, la violaron y golpearon, pero ella resistió el cautiverio hasta una huida milagrosa.
Rebeca Bitrus conoció en su cautiverio a algunas de las niñas de Chibok. Una de ellas le sugirió que se convirtiera al islam como le decían sus captores o vería de lo que eran capaces. Pues nada, no lo hizo. Dos años en manos del grupo terrorista nigeriano Boko Haram, a merced de violaciones y golpes, de abusos y trabajos forzados; dos años sin el más pequeño de sus hijos, asesinado por la secta integrista, y nada, Rebeca, cristiana, no accedió a lo que ellos más querían, que cambiase de religión.
Tiene 29 años y esa parte de su cautiverio, la de la resistencia, la cuenta en lengua hausa con mucho orgullo. Salen las lágrimas cuando piensa en donde estaba por entonces y donde se encuentra ahora. Increíble no solo para ella. Se tapa con el chal que cubre su cuerpo enjuto para frenar la emoción y proseguir el relato. ¿Qué viene a diario a su cabeza después de aquella experiencia? "Recuerdo cada día", dice, "que tuve un hijo con Boko Haram". Se llama Cristóbal y está bautizado.
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Fuente: El País España (Periódico)
Fotos: El País España (Periódico)
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